El sindicato de actores prepara una huelga secreta por la fusión Netflix–Warner Bros. Discovery, según fuentes
- P Pastrana

- hace 2 horas
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La huelga de actores de 2023, la más larga en la historia del cine y la televisión, paralizó durante cuatro meses producciones clave y retrasó estrenos millonarios.
La industria del entretenimiento estadounidense vuelve a caminar sobre una cuerda floja. A poco más de un año de la histórica huelga de actores de 2023, el sindicato SAG-AFTRA estaría preparando —con absoluta discreción— un posible paro laboral ante la eventual fusión entre Netflix y Warner Bros. Discovery. El temor es claro: menos competencia, menos empleos y salarios bajo presión.
De acuerdo a New York Post, fuentes cercanas a la dirigencia del sindicato aseguran que SAG-AFTRA ya está “construyendo una sala de guerra” para oponerse a la operación. No hay fecha ni votación formal, pero el mensaje interno es inequívoco: si la fusión avanza y se percibe como una amenaza directa para los ingresos y el trabajo de sus 160 mil afiliados, la huelga no está descartada, incluso desde el primer trimestre de 2026.
Desde el sindicato, la postura oficial es cautelosa. Pamela Greenwalt, vocera de SAG-AFTRA, señaló que aún no existe una posición definitiva y que el acuerdo está bajo “revisión y análisis cuidadoso”, siempre con base en el mejor interés de sus miembros. Sin embargo, el propio sindicato advirtió el 5 de diciembre que la transacción plantea “preguntas serias” sobre el futuro del talento creativo humano.

El poder de un gigante sin precedentes
De concretarse, la operación daría a Netflix el control de una de las bibliotecas más poderosas del mundo: todo el catálogo de HBO, el archivo cinematográfico de Warner Bros. y las franquicias de DC Comics. Para muchos actores, esto equivale a concentrar demasiado poder en una sola empresa.
Un miembro del sindicato, bajo anonimato, fue más directo: “Esto roza el monopolio”. El principal miedo no es solo la pérdida de puestos de trabajo, sino la erosión de los pagos residuales, una fuente de ingreso clave para miles de intérpretes entre proyecto y proyecto. Aunque fuentes de alto nivel de Netflix rechazan esa idea, la desconfianza persiste.
El acuerdo anunciado el 5 de diciembre valora los activos de streaming y estudio de WBD en unos 72 mil millones de dólares, con una oferta de 27.75 dólares por acción en efectivo y acciones. Según el profesor John M. Yun, de la Universidad George Mason, la empresa resultante controlaría cerca del 35 por ciento de todas las horas de streaming en Estados Unidos, un dato que automáticamente enciende alarmas regulatorias.

El propio presidente Donald Trump ya dejó entrever que una cuota de mercado tan elevada “podría ser un problema”. En paralelo, se espera un escrutinio severo por parte de la Comisión Europea, conocida por no temblarle la mano al imponer multas multimillonarias o incluso bloquear fusiones de alto impacto.
La amenaza no es menor. La huelga de actores de 2023, la más larga en la historia del cine y la televisión, paralizó durante cuatro meses producciones clave y retrasó estrenos millonarios. Repetir ese escenario en 2026, con una industria aún ajustándose al modelo del streaming y a la inteligencia artificial, tendría efectos devastadores para estudios, plataformas y economías locales.
En síntesis, más allá del discurso financiero y las sinergias prometidas, la posible fusión Netflix–WBD ha reactivado una verdad incómoda en Hollywood: cuando el poder se concentra demasiado, el conflicto laboral deja de ser una hipótesis y vuelve a convertirse en una herramienta real. Y esta vez, el reloj sindical ya está corriendo.














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